Tree Paine o “la pitbull silenciosa” es la publicista que se encarga de la imagen de Taylor desde 2014. Juntas redefinen los estándares del marketing moderno y lo hacen combinando varias herramientas: un branding estratégico, un potente engagement de la comunidad, exclusividad y el juego de la anticipación y la sorpresa. Desarrollemos en profundidad estos 4 pilares de su campaña.
Branding estratégico
Taylor Swift construye una marca muy potente con una narrativa constante, basada en el storytelling y la experiencia personal. En sus canciones expone de manera cruda sus sentimientos y vivencias personales: amor, desamor, pérdida, miedo, alegría… todo se refleja en su discografía.
Crea una simbología propia, asociando colores a sus álbumes (dorado para Fearless, rosa para Lover, morado para Speak Now…) y objetos (la serpiente de Reputation, el reloj de Midnights, la bufanda de Red…) de forma que se genera unnuevo universo paralelo: el universo de Taylor Swift. En este universo también encontramos iconos asociados a su persona (como el pintalabios rojo) o a los fans (como las pulseras de la amistad).
Su branding también conlleva reinventarse: cada disco es una “era”, una etapa vital, y por eso a medida que va creciendo y experimentando diferentes eventos en su vida, su estética cambia y varían los géneros musicales en los que se centra. En su disco debut comenzó como cantante de country y desde entonces se ha movido por el pop, el synthpop, el folk o los sonidos soul.
Esta reinvención ha cobrado aún más fuerza con las “Taylor’s version”. Tras un problema legal que la enfrentó con su ex mánager Scooter Braun por los derechos de su música, Taylor ha puesto en marcha la regrabación de sus primeros discos, de los que ya ha publicado 3. Esto no sólo le devuelve el control creativo y económico, sino que apela a la nostalgia de las fans y las devuelve a sus inicios.
Consolida su marca también a través de sus colaboraciones: tiene una relación cercana (artística y personal) con artistas como Ed Sheeran, Shawn Mendes o Sabrina Carpenter. Colabora con gigantes del mercado (sobre todo estadounidense) como Apple, Target, Netflix o los cines AMC Theaters, con los que tiene un contrato de exclusividad en la proyección de sus documentales, haciéndose presente en todas partes.