Más allá del cambio de iniciales
Hace tiempo que pasamos de hablar de la RSC, o CSR, en inglés (Corporate Social Responsibility), a la responsabilidad ESG (Environmental, Social and Governance). ¿Es un simple cambio de iniciales? ¿Una estrategia marketiniana para vender lo mismo bajo un nuevo formato?
Aunque la idea de fondo es la misma –la empresa debe generar un impacto positivo en la sociedad más allá de la aportación económica que supone la creación de empleo–, este cambio se enmarca en una transformación más profunda que están experimentando las sociedades más desarrolladas, por la que la sostenibilidad se yergue como criterio fundamental a la hora de tomar decisiones económicas e incluso vitales.
Esta segunda concepción –ESG frente a RSC– busca ampliar el ámbito en el que las empresas ejercen su responsabilidad y definir bien en qué consiste, para que la comunicación sea transparente y para poder relacionarla con ítems medibles (estándares GRI, por ejemplo), que permitan tomar decisiones económicas –en el mercado, inversiones ‘socialmente responsables’.
Es evidente que la rendición de cuentas está en auge: la Unión Europea establece cada vez más requisitos legales para cumplir con los objetivos medioambientales fijados por la Agenda 2030, y eso hay que demostrarlo y contarlo debidamente.
A pesar de que las grandes corporaciones se han ‘puesto las pilas’ con la transición a un modelo económico más sostenible, no es verde todo lo que reluce. Sigue existiendo el fenómeno del greenwashing y todavía hay cierta confusión alrededor de los distintos términos asociados a la sostenibilidad.
Por eso, proliferan las guías de comunicación en sostenibilidad, como la última publicada por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030. Incluso, a nivel particular, las empresas ya se han dado cuenta de que no pueden quedarse atrás respecto a las medidas implementadas en esta materia y su correspondiente difusión.
En BdR hemos realizado recientemente un proyecto de comunicación ESG para el sector industrial, con un abanico de recursos que pueden servir de referencia. Una de las primeras acciones de este proyecto fue el rediseño y storytelling de la página web corporativa en torno a los valores sostenibles de la empresa. En concreto, dentro de la web creamos un apartado específico que ilustra el compromiso ESG de la empresa.